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Esta salida con los amigos del club la Pallisa era algo que creo necesitaba para engancharme de nuevo a los kilómetros perdidos en el tiempo, pero os aseguro que me costó levantarme "temprano" , 7´30 de la mañana para mi hace tiempo es madrugada pero al abrir los ojos vi que el sol ya se desperezaba con ganas, y al asomarme a la ventana y ver que lucía con todas sus galas me autoconvencí que era un buen día para hacer unos poquitos kilómetros y probarme.
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Marzo, y primera (digamos) salida del año , cortita, apenas 300 kilómetros de ida y vuelta pero que sirvió para ir tomando contacto con la carretera como yo la concibo, al aire frio de la mañana, los colores del despertar y olores de la bruma mañaneras por la comarca del Bajo Maestrazgo Castellonero, poco tráfico en la mañana de domingo donde me fui a visitar a los amigos del Scooter Club Baix Maestrat, salida diferente para mi desde hacía mucho tiempo , pero no exenta de deseos de encontrar el golpe de pedal como dicen los ciclistas en mi caminar diario hacia el infinito.
Llevo demasiado tiempo sin vivir en mi pagina, sin soñar, sin sentir mis momentos vespa, y necesito un salto al vacío y ver desde lo alto de los kilómetros las nubes de mis deseos, deseo vehemente conseguir del aire frio en mi cara su caricia amiga, la lluvia en mi ropa, los mil y un olor a carretera perdida entre montañas que no conozco, y sentir la imperiosa necesidad que estuve alguna vez por aquí, necesito arroparme con esas gotas de rocío al amanecer, con la mirada entre asombrosa y curiosa de esos animales que al invadir por momentos su mundo de vida salen en ocasiones de estampida por no querer ver mi loca locura de sentir.
Llevo tiempo sin vivir en mi pagina momentos que necesito como el respirar debajo de sabanas como si fuera cabaña que me trasladará a través del tiempo, y tocar con mis sentidos, ver con mis ojos lo que mis dedos acarician y el susurrar del viento entrando por las rendijas de mi casco, y "arrojarme desnudo a un vacío, que mis ojos no pueden ver" (como decía el poema), pero necesito la sensación del volar bajito con mis vespas como si fueran un apéndice mas de mi, como parte esencial de mi existencia para poder respirar y acariciar esa loca locura del ir sin saber dónde y llegar donde no estaba previsto, decían....que el furor sin causa era concebido como un síntoma inequívoco de locura, pero yo creo que mi estado es el contrario, que mi locura se fue antes que el furor ¿o fue el furor quien se perdió y con el mi locura loca?.
No deseo dejar atrás nada de lo vivido y sentido, no sé durante cuánto tiempo porque todo forma parte de una vida, solo sé que recuperar esos kilómetros perdidos en la eternidad de vientos errantes, en lugares no vistos, en mil deseos desde hoy buscados, será mi objetivo para el hoy, el mañana no sé donde estará, tampoco me importa mucho si en verdad os cuento, lo único que quiero es encontrar mi felicidad perdida no sé donde ni cuando, ni el cómo ni él porque, tal vez se desvanece en el tiempo como se exhala el último suspiro de vida, ¡no se¡ por que cuento todo esto, lo único que se, es que necesitaba la necesidad de contarlo.
Manuel M.
Llegaron ya los reyes y eran tres,
Melchor, Gaspar y el negro Baltasar
arrope y miel le llevarán
y un poncho blanco de alpaca real.
Changos y chinitas duermansé
que ya Melchor, Gaspar y Baltasar
todos los regalos les darán
para jugar mañana al despertar.
El Niño Dios muy bien lo agradeció
comió la miel y el poncho lo abrigó
y fue después que los miró
y a medianoche el sol relumbró.