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Terminó la II Vespirena, y estamos en casa a Dios gracias que es lo principal cuando sales con la Madrileña, pero este año me vine con un sabor agridulce...era la tercera y última  etapa, estaba todo en perfecto orden de marcha y listo para salir, pero vi desde la distancia sentado en la madrileña con el caballete puesto a los compañeros alejándose entre la espesa niebla, hacia una nueva aventura en el pirineo Navarro francés, ver dejando atrás el humo y mis ganas de hacerlo con ellos, se preveía un día de lluvia y mucha niebla, días de los que me gustan por su dificultad, como así me dijeron luego que fue....
Pero volvamos al  principio de la ilusión, el miércoles a medio día ya estaba en Oronoz, y en Barbenea un caserón tradicional por estos lares situada en la entrada del Parque Natural del Señorío de Bertiz,  y cerca del valle de Baztan donde se pueden recorrer paisajes de ensueño allá donde desees ir al monte virgen, este lugar seria el campamento base este año para las tres etapas que recorreríamos  en formas de bucles.
Allí y después de comer en Satiesteban, con el Gaucho, Nandillo y otro compañero mas (soy muy malo para recordar nombres, perdonarme vosotros y a todo aquel que no nombre en estas letras)  solamente nos faltaba saber cómo podríamos tomar posesión de nuestros catres y dejar nuestras pocas posesiones en los aposentos, Jaf cartera en mano vino minutos después y empezó junto al Gaucho a pegar un vistazo y repartir dorsales y camisetas a todo aquel que llegaba y esto se sucedió durante toda la tarde, uno a uno iban llegando y a su vez los abrazos y los saludos con aquellos que hacía un año no nos veíamos eran cada vez más seguidos, me alegre personalmente de ver a todos ellos, chavales jóvenes, con la energía de la juventud recorriendo la ilusión de lo no visto, ¡¡bueno estaba Aguirre y Cesar¡¡ pero a ellos también los entro en esa juventud vendita que dura por lo menos hasta los ochenta.
  Después del Briefing, "para aquellos que no sepan que significa esta palabra"  les diré que son charlas para informar de lo que se quiere o se va a hacer durante estos días y las etapas (cosas del modernismo ), nos fuimos a cenar y mas charlas, unas risas con el Gaucho (Ariel buen tipo válgame Dios) y sus ensaimadas y a dormir que a las 5 de la mañana tocaban diana.
Comenzaba el primer día con expensa niebla nada raro por estos lares del pirineo  y ese olor característico de verde humedad, el susurro del rio  Baztán el cual es la cabecera del río Bidasoa que a escasos metros teníamos como anfitrión de lo que hoy íbamos a recorrer, desde  la comarca de Baztán, pasando por Loarre villa y su castillo en la provincia de Huesca erguido en un alto donde ni las palomas llegarían en las edades donde los caballeros con sus monturas ya cansadas y sedientas  desde la lejanía se... observa el pueblo a sus pies, dormido, los huertos y campos arados, negros como el azabache. Bolea y Ayerbe en la lejanía, acechando silenciosas al cristiano castillo (Una historia milenaria), perteneciente a la comarca de la Hoya de Huesca, antes pasamos por pueblos emblemáticos como Artajona situada en la merindad de Olite, en la comarca de Tafalla, después vimos los campos de Sos del Rey Católico municipio de la comarca de las Cinco Villas,  al noroeste de la provincia de Zaragoza, campos verdes y salpicados del rojo de las amapolas que como gerifaltes destacan en el verde mar del trigo plantado, Lumbier, Ripodas hasta llegar otra vez a nuestro cuartel general en casa Barbenea, fueron "creo recordar 534 kilómetros según me dijo Cesar, perfecto el día y la Madrileña, cena, revisión general a la vespa y duchita rica.
La segunda etapa empezó como la mañana anterior, con niebla pero esta vez con agua añadida durante casi todo el día esta etapa fue mucho más bonita que la anterior por que en pocos kilómetros ya estábamos en pleno pirineo francés el Col de Ibardin  este collado de una riqueza natural y paisajística única e increíble, está situado en el nacimiento montañoso del Pirineo Occidental y seguido el Col de Lizuriaga para calentar motores pues son suaves de poca subida y buena carretera hasta Dantxarinea y Ordoqui para empezar de nuevo el Alto de Izpegui y coronándolo volvemos a estar en Francia camino de Saint-Étienne-de-Baïgorry población y comuna francesa, en la región de Aquitania, departamento de Pirineos Atlánticos, en el distrito de Bayona y cantón de Montaña Vasca. Pertenece a la provincia histórica de Baja Navarra en el País Vasco francés, seguimos contemplando y admirando el desierto de bosques infinitos, de mil verdes y arboles vestidos con el traje del musgo de mil años, los ojos se mimetizan con tanto verde, el olfato es una extensión más de la vista, desde siempre oigo la expresión " vete y piérdete en un bosque", yo si fueran como estos de grandiosos estaría dispuesto a perderme en la inmensidad de sus entrañas, de sus sonidos silenciosos donde los rallos del sol penetran filtrados atreves de ramas erguidas unas, otras temblorosas por el paso del tiempo, pero todas formando un conjunto de siluetas abstractas a veces arrítmicas, otras asimétricas con el viento que seducen sus voluptuosos cuerpos formando una orquesta de sonidos obtusos y mudos hacia la eternidad como paleta de colores sin pintor que la sostenga, el pensamiento nos lleva hasta el Collado de Urkiaga que conozco muy bien, muchas veces pasando hasta Quinto Real con nieves, lluvias y vientos de otros tiempos y otra vida que respirabas para sobrevivir a esos tiempos, muchas noches debajo de mis amigos los arboles escuchando sus nanas para no dormir, esperando el no sé que...y hoy paso con mi Madrileña y un puñado de amigos...y si, confieso que me emocione debajo del casco, que recordé y volví a recordar, que eche a tras la vista y el tiempo en segundos y vi que a pesar de todo era feliz en mi mundo de sueños rotos, de esos de los que algún compañero no pudo tener ni la oportunidad de retener ni de sentir por la sin razón de otros, y yo pisaba donde tantas veces nos fumamos un cigarro, hablamos de nuestros sueños, de cuando saldríamos de aquí donde hoy estuve, donde hoy me emocione recordándoles a todos, ya no está el cartel donde la ultima vez pusimos la ultima raya para saber a qué hora pasamos por aquí...¡pasaron tantos años¡....tantos.
Bajamos por esa carretera que forma parte de mi vida, recordaba los puentes  de madera, sus formas, de la vez que me caí con mi moto en ese riachuelo que pendiente abajo sonaba, esa agua que recordaba realmente fría,  como espejos de agua cristalina, debajo de ellos la inmensidad del olor que recarga mis pilas, recordaba la casa en ruinas que está a la derecha  que era un molino ahora apenas queda nada, y bajamos hasta Irurita perteneciente al municipio del Valle de Baztán, muy cerca de Zubiri, lástima que no pasáramos en esta segunda etapa, pero prometido esta que no me quedare sin esa foto (si Dios quiere) donde deje seis años de mi vida de lo cual no me arrepiento porque aprendí que la vida solo es un suspiro a la eternidad en un lugar cualquiera allá donde quieras respirar.
Dejamos atrás Zubieta en la comarca del Alto Bidasoa, un pueblo bellísimo entre alfombras verdes y su puente medieval de dos arcos sobre el río Ezcurra que vimos pasar mas rápido que hubiésemos querido, y que como curiosidad os diré que  el precioso puente es el que da nombre al pueblo, ya que Zubieta quiere decir en lengua vasca lugar del puente, de zubi (puente) y el sufijo -eta que indica lugar..
Curiosidades que con el tiempo vas conociendo,  la etapa poco a poco iba concluyendo hoy antes de lo previsto, aun no sé porque, pero algunos tuvimos  tiempo de hacer una excursión hasta los bajo de un puente de autopista en no sé qué lugar y acompañados por supuesto de la reina de estos lares...la lluvia.
Comenzó el tercer día como el segundo, la niebla con su blanco manto recibiéndonos por la mañana como siempre  pero esta vez con lluvia desde el primer minuto, todos preparados después del desayuno para la partida en la mejor etapa de esta Vespirena,...pero mi cuerpo no estaba fino, notaba síntomas ya conocidos por mí que no auguraban nada bueno, estaba en la tesitura de salir y probarme unos kilómetros o simplemente abandonar y no arriesgar con mi cuerpo diciéndome ¡¡al ataqueeee¡¡ y la cabeza diciéndome P I E N S A, y vuelve a pensar... oye a tu cabeza que te dice que los pirineos estarán aquí para cuando tu cuerpo este bien, no arriesgues, y por una vez hice caso a mi cabeza y no a mi corazón restaurado, y creo que por una única vez en mi vida de 62 años hice caso a la cabeza, eran las 9´30 horas de la mañana cuando abrieron la farmacia y la amable dependienta me dijo que extendiera el brazo para medirme la tensión, los números estaban en zona amarilla/naranja para mi estado, ¡¡Diosss¡¡, no me asuste, me tome lo que me dio y una hora más tarde estaba muchísimo mejor y a proveche para irme con todo el dolor del mundo a casita poco a poco, no os podéis hacer una idea lo jodidamente mal que me supo marchar, pero en casa los males son menos males.
Miércoles y las fuerzas empiezan a aparecer, saque conclusiones y valoré  estos días, podría poner realmente lo que pienso de esta II Vespirena Extreme, lo bueno y lo menos bueno, lo regular y lo malo, pero creo que la conclusión final es que  todo en esta vida es según como lo vivas, como lo alojes en tu cajón del ser porque no tenemos una varita para poder medir el amor o los sentimientos, los pensamientos o los deseos de cada uno de nosotros, se que algunos compañeros se fueron desilusionados, yo más bien diría desalentados, otros confusos,   la mayoría cansados...yo particularmente deseando que llegue la III Vespirena Extreme, porque es mi forma de ver la moto desde siempre, a mi me gusta romper mis limites (cada vez mas mermados)pero al fin y al cabo son limites.
Desde aquí con estas letras mal puestas quisiera dar las gracias a todos  mis compañeros de ruta estos días, con los que hable mucho y con los que hable menos, pero de vosotros los jóvenes aprendo a vivir de nuevo esa eterna juventud que ahora tenéis, de esas ganas por hacer y vivir, no voy a poner nombres no quisiera olvidarme de ninguno, pero saber que os quiero ¡¡coño¡¡.
Por último, dar las gracias y la enhorabuena a los organizadores, tampoco voy a poner nombres porque los conocemos de sobra todos, trabajo enorme tiene el organizar eventos para otros donde nunca nos ponemos de acuerdo y lo digo por experiencia propia.
En casa sin novedad.
Ser felices.
Manuel Martin (MAMU-56).

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