1. La búsqueda de información

Es cierto que muchos moteros salen a la aventura solamente con un rumbo y sin mucha planificación. Son envidiables, pero la inmensa mayoría de los mortales tenemos desgraciadamente una fecha de regreso, y debemos adecuarnos a ella. La mejor manera de aprovechar los días disponibles es saber qué queremos visitar. Hazte con unas buenas guías de viaje. Allí verás resumido de una manera clara y concisa lo interesante de la zona. Compleméntalo con alguna búsqueda en Internet de viajeros blogueros que hayan estado: a veces una opinión personal te ayuda a decidir qué visitar. Yo suelo acabar con una visita a páginas fotográficas como flickr.com, buscando paisajes y lugares de interés en la zona. A partir de la lista de todas las zonas a visitar, solamente es cuestión de unir los puntos en el mapa.
 

2. ¿Qué moto utilizo?

Esta pregunta es fácil: la que tengas. No importa qué moto sea. El último verano mi pareja llegó hasta Cabo Norte en una 125cc, así que no hay ninguna excusa. Obviamente las grandes motos turísticas dan una ventaja considerable en cuanto a capacidad de carga y confort en marcha, pero con una deportiva también te puedes apañar. Y si tienes una trail, desvíate por las pistas de tierra: disfrutarás de paisajes prohibidos para otros motoristas. Pero el mayor error que puedes cometer es no viajar con tu moto porque no está hecha para ello. No sabes lo que te pierdes.

Viajando con una 125cc a Cabo Norte

3. Documentación

Depende del país que visites, podrías necesitar alguna documentación específica. Busca información sobre necesidad del permiso de circulación internacional, visados o papeles de importación temporal de tu motocicleta. No olvides nunca los papeles del seguro, permiso de circulación o tarjeta de características técnicas de tu moto. Escanéalos todos y tenlos digitalizados en algún lugar seguro en la nube: si los pierdes, siempre puedes disponer de una copia. Haz lo mismo con el pasaporte, el Documento Nacional de Identidad o las tarjetas de crédito.
 

4. Material fotográfico o de vídeo

Serán tu recuerdo en el futuro, así que no los desprecies. Fotografía y graba todo lo que puedas, siempre estás a tiempo de borrarlo después. Tampoco te obsesiones, el viaje es para disfrutarlo en el momento; las fotos es para recordar lo disfrutado. Te aconsejo cámaras ligeras y que llamen poco la atención. Las mirrorless tienen calidad excelente en tamaño contenido. Además, también graban vídeo en calidad HD. Son mi opción actual.
 

5. Equipaje: ¿Qué me llevo?

La experiencia me dice que siempre te llevas el doble de lo que necesitas. Restringe el volumen de la ropa, ten en cuenta que la mayoría del tiempo estarás encima de la moto, vestido de motorista. Cuando hayas decidido lo que te llevas, haz dos montones y descarta uno de ellos. Aun así, te sobrará ropa. En cuanto a lo demás, ten en cuenta que el 99% de las ocasiones podrás comprar lo que necesites por el camino. ¿Herramientas? Solo lleva lo imprescindible: olvida aquellas que no sabes ni para qué sirven. Además, como dice Fabián C. Barrio, “siempre pasa un tipo y te lo arregla”.
 

6. Accesorios de la moto

A todos nos gusta parecer un súper aventurero y que nuestra moto parezca preparada para dar la vuelta al mundo. Pero la mayoría de esos accesorios son innecesarios. Si no tienes maletas, te puedes apañar con sacos estancos, cualquier mochila y unos pulpos. Las protecciones te evitarán roturas innecesarias en caídas tontas, y una cúpula más alta te añadirá comodidad. Pero depende de tu presupuesto. Llévate un candado de bicicleta para poder dejar los cascos en la moto, y una malla de acero de seguridad con candado para la chaqueta: podrás hacer las visitas turísticas más cómodo, sin pasar calor y teniendo las cosas a buen recaudo.
 

7. Navegación

Planifica tu viaje en un mapa en papel, te será mucho más fácil tener una idea global. Para precisar más la ruta, las páginas web de mapas como GoogleMaps te serán muy útiles. Programa tu GPS para seguir la ruta, planteándole también puntos intermedios, no vaya a ser que el aparatejo comience a pensar por él mismo. En días con pocos kilómetros, prueba la opción de “la ruta más corta”: puede que descubras carreteras secundarias y rincones escondidos insospechados. Y si te van las emociones fuertes, viaja sin GPS. Preguntando también se llega a Roma, y además, conoces gente.

Revisando las notas sobre la marcha

8. Alimentación

Desayuna bien, no te saltes el desayuno ningún día. Aunque vayas sentado, se pierden bastantes calorías yendo en moto. A veces desayunar en el hotel es caro, así que piensa en bares cercanos donde puedas comer algo. Si la ruta es larga, al mediodía no comas mucho, evitarás la somnolencia. A veces llevo las típicas ensaladas de atún en lata, o embutidos envasados al vacío. Solo tendrás que comprar pan y alguna bebida por el camino. Disfruta de la cena después de una larga jornada en moto. Aprovecha para conocer más la zona que estás visitando: pregunta por el plato típico y lánzate: ¡la aventura es la aventura!
 

9. Alojamientos

Es el factor más variable. Depende de tu presupuesto elegir hoteles o campings. O quizá combinar los dos. Sea como fuere, no te aconsejo que lo lleves todo reservado: deja un margen a imprevistos o cambios de planes. Personalmente, reservo alojamiento por la mañana, sabiendo ya lo que tengo previsto para ese día. Así, si hay que variar el plan por fuerza mayor, solamente perderemos una reserva. Utiliza las aplicaciones típicas para reservar alojamiento, funcionan muy bien y la oferta es muy amplia y variada.
 

10. Mantenimiento de la moto

No olvides cuidar tu vehículo, vas a hacer un uso intensivo durante los días de viaje. Una buena revisión antes de partir, y el mantenimiento típico a diario: engrase de cadena y revisión de niveles. No está de más que compruebes el apriete de la tornillería de tu moto: solo te ocupará cinco minutos y te puede evitar algún disgusto. Y recuerda el cambio de aceite y filtro: si el viaje es muy largo, deberás planificar de antemano dónde realizarlo.
 

11. Bonus

Si es tu primer viaje, olvida tus miedos. No te llevarán a ninguna parte. Ponte una fecha, y lánzate a la carretera. Y si es necesario olvida los demás consejos, las cosas se van solucionando solas. Pero viaja.

Un viaje es la mayor inversión en felicidad que puedes hacer.

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