Desde aquí quería explicaros que cuando un domingo de verano por la mañana temprano sales de casa con la vespita dispuesta a hacer kilometros y quieres encontrar un lugar con agua y solitario en un mundo donde es casi imposible estarlo, y si encima te propones ir a algún rio de los muchos que yo recuerdo en mi entorno y que tenga agua la cosa se complica muchísimo más, porque los cauces que antes discurrían con  generosos caudales, mas tarde eran arroyos con escasa agua que apenas corría, y finalmente simplemente desaparecieron y quedaron sus ramblas y sus cursos como pieles abrasadas por el sol y el viento. Pero Isabel y yo andaríamos lo que fuera necesario para encontrar ese lugar que sabemos que existía en algún lugar olvidado y no poblado de personal dominguero como éramos nosotros en busca de un trozo del rio perdido.

No os voy a contar más, el reportaje en fotos por el vello Castellón interior, la comarca de Gudar-Javalambre sureste de la provincia de Teruel son lugares y parajes difíciles de olvidar, pero es el mejor testimonio que os doy para que podáis ver si de verdad encontramos ese trozo de felicidad en busca del rio perdido.

Ser felices

En casa sin novedad

Manuel M.

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