Pasamos por Castellón en nuestro rodar hacia Valencia para que se unieran Gregorio, una persona de aspecto grande y fortachón a primera vista, pero con una humanidad mucho mas grande que su persona (ya contare luego por que lo digo), y al amigo José, este no es grande de cuerpo, es todo un armario ropero del treinta y dos y una gran persona, con su Vespa 150 siempre dispuesta hacer kilómetros, y a fe que funciona perfecta por que el ritmo de marcha por la N-340 era perfecto, en apenas hora y cuarto estábamos a las puertas de la Capital del Turia, los nervios ya se esfumaron y se empieza a disfrutar, a visualizar en el interior de uno mismo, es imposible no mantener la sonrisa en el rostro y la paz interior de una forma prolongada por que yo creo que todo el mundo aspira a la felicidad y viendo la cara de mis amigos era fácil suponerla.

Ya en la terminal desde donde saldríamos con el barco nos esperaba Isabel para unirse al grupo, ella sí estaba hecha un manojo de nervios, unos y otros intentamos quitarle importancia a su primera vez en barco, ¡¡bueno¡¡, algunos con alguna bromilla que otra, pero todo con el buen fin de animarla.

Abel Matutes, así tenia escrito el buque su nombre grabado en el casco, el mismo que el año pasado nos abrió sus puertas también a la aventura  de la Vuelta a Palma, y que un año más nos transporta en su interior como si fuera metafóricamente hablando Moby-Dick, la mítica ballena albina.

De principio a fin una corriente de ensoñación nos atrapa, nos transporta como cada año, de aquí en adelante la ilusión por ver adquiere un sentido nuevo, una ilusión que es grande, tan inmensa, que escapará a la percepción de los demás, ¡o tal vez no¡, por que los sentimientos también tienen colores, yo creo que los sentimientos positivos los de amor y pasión, los del querer, los que expresan los quereres del alma, los de una profunda  mirada al corazón amado tienen colores de arco iris.

La costa se alejaba pausada y serenamente de nosotros dejando una estela de espuma serpenteante en la noche que vence al cielo cubierto de estrellas para conducirnos a paso lento pero firme para mimarnos como si de un largo paseo se tratase hacía un paraíso llamado Palma… Soñada, despierta, silenciosa, gozosa de vivir, mujer sin sombra de labios carnosos como ópera de Richard Strauss.

Ella se nos ofrece al final del trayecto en las primeras luces del día sin apenas darnos cuenta que atrás dejamos bosques enteros de  mil olas azules, verdes, espumas blancas, luces trémulas perdidas en el infinito, la luna blanca, mil gaviotas,  navíos que el cielo arropa con nubes blancas y rosas.

Y la panza del Abel Matutes se abre como el telón de un gran teatro, por el que salen artistas y actores de la vida misma, y nosotros como los apuntadores queriendo estudiar esta isla a lomos de nuestras vespas. Los ojos y los sentidos se ponen en marcha para guardar desde estos momentos el texto de una obra que solo nosotros sentiremos en nuestro sentir de momentos deseados.

Casi sin darnos cuenta estamos en el hotel, ¡¡por supuesto ¡¡no tenemos habitaciones es demasiado temprano, estamos pensando que hacer y entonces Gregorio nos cuenta que su ilusión seria ver donde fue concebido por sus papis aquí en la isla, aunque el es nacido en Castellón, nos cuenta una historia preciosa y en sus ojos se ve una luz especial,  es como si su deseo quisiera transmitirlo desde su alma luminosa hasta las nuestras para que sintiéramos ese fuerte deseo de la búsqueda de sus orígenes en Santanyi.

No lo pensamos ni un segundo, dejamos la maleta en el hotel y nos pusimos camino a donde el quería ir, bajamos por esas calles estrechas y empinadas que desembocan en el paseo marítimo, Isabel no podía creerse estar viendo toda aquella vorágine de barcos, yates y  botes de remos por doquier, Gregorio emitía una luz especial, José mas tranquilo cigarro en mano conducía su 150, y la pareja con Miguel y Tica, “creo” recordando el año anterior que también hicimos este recorrido para almorzar en Varadero.

Salimos de Mallorca por la carretera Ma-19 del aeropuerto, pasamos por Llucmajor y Campos y en apenas  unos kilómetros estamos en Santanyi un municipio situado en el parte suroriental de la isla que presenta gran cantidad de calas y sobre todo el Parque Natural de Mondragón un lugar donde nos bañamos en una cala de ensueño cuando sea invierno, en estos días demasiado personal. Santanyí últimamente se ha convertido en un núcleo cultural importante de Mallorca, especialmente en el campo de la pintura, de la música y de la poesía, algún investigador literario ha llegado a hablar de la Escuela poética de Santanyi, que ha influido sobre toda la poesía insular de la posguerra.

Paramos en el cartel de entrada al pueblo para hacer la foto al protagonista de la historia, y ya sus ojos decían mas cosas que los labios, sus manos apoyadas en el cartel acariciaban más que agarraban, las bromas, las fotos se sucedían y nos dirigimos al centro del pueblo, aparcamos las Vespas y almorzamos en una terraza en el centro de la plaza, buen almuerzo válgame Dios, bocadillo de los que mi mami diría que no se lo salta ni un torero, charla distendida y mientras eso ocurría nos damos cuenta que la casa consistorial la tenemos al lado, una vez tomado el café del tiempo nos dirigimos a ella, en información un amable señor nos explica algunas cosillas del pueblo y nos indica que la calle Rafaelet  nº 69 existe.

Me gustaría que hubieseis visto la cara a Gregorio, yo creí ver la ilusión, la imaginación, el deseo, la esperanza y creo que me quedo corto al contarlo, no aguantaba más y tuvimos que ir a paso liguero con nuestras vespas.

Si la cara del amigo Gregorio era un poema antes, ¡ahora¡, al ver la calle y la casa el corazón le dio un vuelco hacia el pasado, y soñaba despierto, sus manos querían estar quietas pero ellas hablaban por el, y sus papas estaban en ese momento a su lado, yo no estaba en su cabeza para ver y sentir sus pensamientos, pero todos nos emocionamos al verlo con la lagrima en su mejilla de hombre de bien, de la emoción del momento, millones de pensamientos, millones de sonrisas ahogadas en la garganta, emociones y sensaciones, dolor y alegría a la vez, todo eso tenia que tener en su mente, en su cuerpo y en su corazón al recordar que hace 67 años sus papas hicieron un acto de amor en esta casa para que el hoy pudiera recordarlos con todo el amor de un hijo.

También quería ver la cala Santanyí, donde sus papis iban en bicicleta a comerse el domingo la tortilla y se pegaban algún chapuzón en aquellos años de posguerra, el sol se sale de la rutina habitual de cualquier playa con  finas arenas y aguas transparentes en parajes de auténtico ensueño, ver las puestas del sol, el atardecer siempre es un momento mágico, esos segundos en los que la luz va desapareciendo y los colores del cielo se transforman  en miles de tonos violetas y rojizos, donde el amor se deja llevar por las caricias para sumergirse en nidos de vértigo, caricias, miradas cómplices de amantes jóvenes… yo creo amigo mío que ese acto de amor es mas posible que se produjera entre olores a mar y atardeceres soñados con su luz mágica, con su pequeña playa, con su olor profundo a mar, un reducto de belleza soñada… creo amigo mío que ese acto de amor se produjo en este lugar de ensueño sin lugar a dudas.

Después de tantas emociones nos dispusimos irnos para el hotel, comer y descansar un ratito, la mañana ha dado mucho de si y a las 17´30 estará Juanjo, y enseñar a los nuevos un poquito de la ciudad, nunca tendremos bastantes palabras de agradecimiento para este buen amigo que año tras año se desvive por que estemos como en nuestra casa, después, lo que año tras año se esta volviendo todo un clásico, la cena en el hipódromo, que deciros después de que año tras año os lo cuente, después de ver los trotones directo al hotel, dormir lo mejor posible por que lo próximo es la V Vuelta a Palma.

Es sábado 25 de Agosto, el día grande para los Borinos por su evento y también para mí, es mi cumpleaños y me siento tremendamente feliz por estar otro año más en esta vida.

La llegada al estadio Iberostar (Antiguamente llamado Son Moix), donde se tenia la salida de la totalidad de vespas en este evento, pero primero los saludos como cada año, ya “casi” me considero uno mas entre los Mallorquines, será mi quinta vuelta a Palma y este año acompañado de Isabelita, espero que al final de viaje se lo haya pasado también como yo cada año en esta isla.

La salida como siempre a las 9´30 horas, creo que éramos 57 vespas y algunos amigos más que se sumaron en la primera parte del recorrido, que os voy a decir de esta parte por la sierra tramontana, nombre que coge  del viento que llega de esa dirección, su paisaje cultural de la sierra fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, con eso ya os lo digo todo, su belleza es tremenda cuando te adentras en ella, hay pueblos como Escorca, Fornalutx, Pollensa con su bahía y su puerto, Soller, por decir algunos de los mas conocidos, para perderse en ellos y nunca mas salir del edén de esta bendita sierra.

La comida fue en el puerto deportivo de Alcudiamar entre yates, veleros y un compañerismo difícil de superar, mención especial para el Rte Piero Rossi 1988, ¡¡genial¡¡ la comida que nos puso por calidad y cantidad habría que darle una estrella Michelin, desde luego este año los Borinos se superaron con creces. Después de la copiosa comida, la segunda parte de esta vuelta es mas tranquila y mas cansada, el sol de cara cansa los ojos de una manera difícil de aguantar y mas si tienes gafas graduadas, las largas rectas que nos conducen a la costa de Llevant y Mitgorn para pasear por la zona peatonal de la Playa de Palma, donde los miles de extranjeros cada año nos miran entre extrañados y perplejos, gesticulan sin cesar al ver las vespas, y cincuenta locos un año mas terminan su recorrido de 348 kilómetros en un solo día. Creo que aquí esta la particularidad de esta vuelta, por que es Agosto con sus altas temperaturas, por los desniveles en los que nos movemos, no muy altos pero si muy seguidos de bajadas, subidas y curvas constantes en la primera parte, y luego las largas rectas con el sol de cara y las altas temperaturas del llano generalmente sin aire en la parte suroriental de la isla, todo esto creo que es lo que le hacen ser una vuelta especial, ¡¡unica¡¡.

Después de todo eso vino la cena en la que este año se hizo en un Ser-Servi y os aseguro que no es mala la idea para otros eventos como este, es divertido, se charla mas entre todos los amigos entre plato y plato y es diferente, me gusto, y a los postres tuvieron un detalle con migo que no olvidare nunca, me regalaron una tarta impresionante y me cantaron todos el cumpleaños feliz mientras apagaba las velas, creo que debía tener la risita boba en la cara esa que se me pone cuando me emociono, no me lo esperaba y me sentí feliz de tener  estos amigos, ¡¡GRACIAS a todos¡¡. Después vino el sorteo, los regalos,¡por cierto¡, a Tica le toco un casco, ¡jolín¡ por ser fino, a mi nunca me toca nada, bueno sí me toco el cariño como cada año que a esta isla vengo por parte de todos. Después de todo lo vivido este largo día no podíamos hacer otra cosa nada más que descansar en el hotel y poner el trasero en remojo para que recuperara su forma habitual, rezar las oraciones y dormir, o no, no lo recuerdo.

No creáis que el domingo nos quedamos en la cama hasta las tantas, noooooo, a las 8 de la mañana toco  diana, (para los que no hicieron la mili la diana no es una chica bien, es el toque de corneta que se hacia para levantar al personal en la mili, la palabra mili tampoco sabéis lo que es, pero esa ya os la contare otro día) a las 9 de la mañana estaban en la puerta del hotel Jaime y Nadal para recogednos y llevarnos a las cuevas del Drach  que se hallan en el municipio de Manacor, cerca de la localidad de Porto Cristo, aquí quisiera deciros que no me gusto el trato que se le da a esta maravilla de la naturaleza, por parte de quien corresponda, fotos, algo que no podremos hacer dentro de las Cuevas del Drach, como tampoco vídeos, y sin embargo las han adaptado cortando estalactitas y estalagmitas de millones de años  para que tres barcas pasen, se puede ver perfectamente en el lago interior , que por cierto lo mejor de la visita a las cuevas fue el pequeño concierto de música clásica en el lago¡¡por Dios¡¡, que desfachatez, solo les interesa el dinero y no lo que estas cuevas representan en la naturaleza. Es lo único que no me ha gustado en todos estos años que voy a Palma, no me enfado pero creo que es un negocio muy sustancioso para sus dueños a costa de la naturaleza, ¡¡por cierto privados¡¡.

Después vino lo mejor del día la comida en  un lugar ideal, cerca del mar, con una pequeña cala de las miles que ahí en esta tierra donde parecía dar a cada uno de nosotros su propio flujo de energía constante, la amistad de los amigos que se unieron a la comida (perdonar pero no recuerdo vuestros  nombres), la sobremesa con su charla y sus risas, anécdotas contadas por algunos, historias por otros y así pasaba la tarde hasta que nos dispusimos a ir al Parc Natural de Mondragó se ubica en una de las zonas de mayor riqueza ornitológica de Mallorca y no podíamos irnos sin bañarnos en cala Mondragó con demasiado personal en esta época, pero Isabelita ni quería ni podía irse de esta tierra sin bañarse y para Gregorio era una promesa, así que se cumplieron los deseos, ¡¡ah¡¡ José se compro un bañador que desde lejos se savia por donde estaba, y unas gafas de buceo para la ocasión muy fashion, jeje, Tica no se baño y su costilla Miguel disfrutó del agua un ratito junto a los demás, nos dispusimos a dejar este edén y mire desde lo alto del camino… Caía la tarde del domingo y los colores del cielo se empezaban a transformar  en tonos más suaves y tenues como el eco de una música lejana, el verde de sus aguas se iba transformando tan hermosa que parecía  el reflejo de unos ojos de gato cuando te miran fijamente en el resplandor de la noche, el olor… el olor es inconfundible, ese olor a mar, a brisa marina, a salitre, a libertad, a vida, me gustaría ser un grano de esa blanca arena para poder sentir el calor de viajar allende los mares y no dejar de recordar jamás…la noche nos cubrió con su manto de oscuridad ya en la autopista camino de Palma, nos paramos en una gasolinera y la 150 de José quiso ser protagonista por unos momentos al no querer arrancar, solo fue eso, por que cambiada la bujía rujia de nuevo como gato panza arriba y llegamos al hotel, cenamos y con Juanjo de nuevo nos dimos un paseo por Palma, las compras de ultima hora, unos mojitos y fotos…muchas fotos, y para el hotel.

Y el rojo sol del lunes empezaba a salir por el lado izquierdo de la catedral de Palma…o como dice Neruda… El sol a plena luz de sol sucede el día, el día sol, el silencioso sello extendido en los campos del camino…

Y nuestro camino estaba hecho de sol, olas, viento y mar con destino a casa, nuestro camino se tornaba un tanto aburrido con la inmensidad de tanto azul hasta el infinito o mas lejos, la monotonía  me hizo estar durmiendo, los demás creo que también, menos Isabel que me despertó con la cara radiante de alegría, los ojos con un brillo especial y con la voz acelerada diciéndome, mira…mira he visto delfines y los he fotografiados, no me lo podía creer, yo cinco años yendo y viniendo y no he visto ni una sardina y ella la primera vez y encima los fotografía,¡¡pues me alegro¡¡, creo que fue un regalo enviado directamente del cielo, con un mensaje…te quiero mama…y recuerdas aquel que salto a lo lejos…era tu ilusión convertida en delfín.

Y para terminar mi relato quiero dar las gracias a todas las personas que año a año nos reciben con los brazos abiertos, que año a año nos acompañan para enseñarnos esa vendita isla, que año tras año, nos dan su afecto y cariño, y que año tras año trabajáis para que nosotros nos lo pasemos genial. Gracias

Ser felices.

En casa sin novedad

Manuel M (MAMU_56)

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