Como sabéis, no me gusta nada el coche para viajar,  pero,  hasta hoy solo tengo un culo y es difícil ir con dos vespas a la vez, de todas formas de las ultimas cuatro Vespaniadas, tres fueron prácticamente a las puertas de mi casa y también fui en coche (uno se hace mayor).

Los kilómetros siguen pasando con relativa tranquilidad,  la carretera esta con poquito trafico y pasando un pueblecito llamado Liétor (luego volvería otra vez a el por su otra cara), ya en la provincia de Albacete veo una indicación que dice: Ermita de la Virgen de Belén en plena Sierra del Segura, no me lo pienso y como  por arte de magia estoy en un camino rural hecho de cemento y dando bandazos las niñas en el carro, el paisaje Manchego espectacular, esto si es ya mi mundo, aquí empieza la verdadera Vespaniada.

En cuanto a la vegetación que predomina me recuerda como siempre esta tierra mi adorada Extremadura  paraje de gran belleza con abundante vegetación, todo ello en grandes llanuras como mares de trigo verdes saliendo por doquier, y entre ellos islas de Chaparros, Lentisco, Sabina, Jara, Romero, Tomillo,  Encina, los reconozco por que forman parte de mi niñez.

Me sigo adentrando despacito por este camino que me lleva a la ermita y a recuerdos de tiempos pasados, de otros viajes a otros mundos, y a lo lejos se me presenta  como un cuadro pintada en blanco y ocres la ermita rodeada de pinos y con nubes en el cielo como queriéndola arropar con cariños de cielos.

Una vez en ella veo que esta cerrada, un poquito mas lejos la cantina del lugar, entro y noto que estoy en plena Mancha por el recibimiento que me hacen las tres personas que en su interior están al responderme a mis saludo de buenos días, con un, nos de Dios, ¡me gustó!; hacia tiempo que no lo escuchaba en esta España nuestra,  y me sentí bien por ello.

Me tome un “cremaet” que hasta el mismísimo Carlitos (Vespaciano) le habría dado un diez y pregunte si podría ver el interior de la ermita y con la misma amabilidad del saludo me dice que no hay problemas que me la abren, una vez dentro veo originalidad en su espacio interior, pinturas que decora todo el interior. Me comenta el buen señor que la ermita alberga la mayor cantidad de pintura popular del S.XVIII que existe en España. Todo está pintado, retablos, cortinas, el altar es increíble con la virgen en el centro. Otros muchos retablos pintados llenan el espacio interno de la ermita, de los que me gustaron especialmente el de San Antonio y el de Santa Bárbara, pero sobretodo el cristo crucificado que hay a la entrada, su mirada da tranquilidad  bajo la tenue luz de una pequeña ventana.

Pero mis sorpresas no terminaron aquí, cuando estaba en el camarín, oigo unas increíbles voces con cánticos que procedían del interior de la iglesia, miro a un lado y al otro y recuerdo que estaba solo en el interior, casi me pellizco por que creí encontrarme camino del cielo, salgo un poquito cauteloso mirando a un lado y al otro y frente al altar mayor de pie, cinco hombres de negro, mirando fijamente a la virgen y cantando como los propios Ángeles. Me siento en un banco y me dejo llevar cerrando los ojos, las sensaciones no os las puedo explicar, pero en mi interior existía sosiego tranquilidad y  paz.

No se cuanto tiempo estuve así, seguramente fueron minutos, pero a mi me parecieron siglos, por que mi alma creo que estuvo levitando cerca del cielo y mi cuerpo descansado por tanto bienestar.

Cuando terminaron me explicaron que eran religiosos de Madrid, y que era la hora del ángelus (las 12 del medio día) y que su forma de rezar era de esta manera, os aseguro que solo esto ya valía el viaje.

Repuesto y otra vez en el mundo terrenal me encuentro en la carretera, se me paso el tiempo y lo kilómetros que me faltaban volando, y ya en el recinto ferial de Hellin me recibe Vespaciano en el centro de la plaza con su “plástico” y su señora esposa, saludos fotos una cervecita  y me marcho al hotel a la duchita, bajar las motos y regresar para comer con los amigos de la organización  de la Oveja Negra Scooter Club, luego a la piltra a descansar un rato  y al recinto ferial para coger la acreditación, todo perfecto, luego la cena (no recuerdo por que llegue tarde) menos mal que los pillines tenían cogido el lugar para picotear algo, pero como nunca llueve a gusto de todos y estos de rojo comen como limas, nos fuimos a  hacernos unos bocatas, charlar un poquillo y para la piltra otra vez que mañana es el día grande.

Sábado, día grande de la Vespaniada, llego a punto y hora para desenganchar el carro de la T5

hacer unas fotos de la salida y poco más, estas gentes de la organización parecen los militares por su puntualidad rígida en horarios, o algo tendrá que ver  el nombre de su Scooter Club.

Nuestra primera parada seria en  Liétor, para un Almuerzo típico manchego, la verdad es que si en el paisaje se parecía a mi Extrema y dura esta bendita tierra, en el comer creo que son gemelos, por que el plato que nos pusieron era de cocina grande y con el colesterol por donde se mirara, pero buenísimo.

Del pueblo pude ver poco por que entre fotos, charlas y comer el ultimo,  casi no pude ver nada así que nada más salir del local de nuevo el casco los guantes y dispuesto a seguir la bonita ruta dirección a Ayna, la carretera espectacular con curvas  muy cerradas que hacían que las sensaciones del volar bajito en la Vespa con el agreste paisaje se acentuaran según nos acercábamos, derecha, izquierda… recordando siempre que en moto las bajadas son mucho más técnicas que las subidas, suave subida y descenso a base de curvas suaves enlazadas, cada vez mas cerca de las increíbles montañas con sus inverosímiles desfiladeros que daban paso al río Mundo principal afluente del río Segura y que parecía que el famoso bandolero Pernales que habitaba por estas comarcas en otros tiempos nos estaba acechando desde lo alto de sus cimas.

Ya en Ayna conocida también como "La Suiza Manchega", parada en el Mirador y Monumento-sidecar de "Amanece que no es poco", aquí llegue el primero del grupo por que la organización me permitió salirme del grupo cada vez que lo necesitara para hacer fotografías espectaculares del gran grupo, ¡¡por eso gracias¡¡ una vez más.

Ni que decir tiene que el monumento a ese mítico sidecar fue el centro de atención por todos los que estábamos allí, creo que serian centenares de fotografías de todas las clases y formas las que se hicieron de tan emblemático monumento, nadie se quería ir sin una foto del verde sidecar en el que Antonio Resines, Cassen, Luis Ciges, entre otros tuvieron la oportunidad de hacer famoso.

Nuevamente sonó la llamada para reemprender la marcha, esta vez la parada de reunificación y repostaje seria en "La Sarguilla", de aquí al Restaurante "Los boticas" de Isso, donde a falta de 400 metros no llegue con mi niña bonita, esta dijo ¡¡basta¡¡ como siempre por mi culpa, una mala elección de bujía, un punto de encendido demasiado adelantado y un puño que en ocasiones, ¡¡bueno siempre¡¡ esta mas cerca del tope que del relentí hizo que mi bonita T5, dijera que para ella la 7º Vespaniada había terminado.

La T5 estaba muerta ¡¡viva la T5¡¡ pero son cosas que con tiempo y ganas pronto se arreglan así que sin enfadarnos, la subimos al carro de la organización no sin la foto que testificara el momento y el cachondeito de rigor  y con la ayuda de mi buen amigo juampa que me subió a lomos de la famosa sideral  nos dirigimos dónde degustaríamos una comida típica de la sierra, y a fe que era típica con el gazpacho manchego como plato estelar, otros platos que no recuerdo su nombre pero no por eso menos sabrosos y deliciosos también fueron con deleite comidos por el personal, el postre y los café, las charlas y las risas de cuanto aconteció durante la mañana era lo que mas se oía. Aunque algunos ya lo que necesitábamos era  la siesta para reponer fuerzas, pero antes de irnos hacia el hotel la organización a petición del personal atraso la cena de gala para después del partido entre los dos grandes equipos de España (bueno, uno fue mas grande que otro, pero eso es otro cantar).

Ya en la cena de gala se notaba que había cansancio, pero todos estábamos con nuestras mejores galas, los pillines como siempre con la camisa blanca inmaculada, aquí en Hellín con sus guapas mujeres “casi” todos, por que algunos se las dejaron en casita, (que no vuelva a ocurrir), la cena increíblemente buena, el ambiente espectacular con la presencia del entrañable Antonio Veciana, para aquellos que no lo sepan este buen señor se dio la vuelta al mundo en 79 días en Vespa. Este año se conmemoraba  el 50º Aniversario de esta fantástica aventura.

Después premios y sorteos, y algunos de fiesta por los pubs de Hellín, un servidor para el hotel, por que el domingo tenía otro evento en Castellón y las fuerzas estaban escasas.

Ya el domingo por la mañana y camino a casita tuve tiempo de hacer un resumen en mi cabeza mas tranquilo de lo que la Vespaniada es y representa para mí, de mis sensaciones, de mis sentidos, de cómo esta cambiando este evento desde hace siete años en Toledo y que con 38 participantes empezó su andadura sin una mísera pretensión de nada, solo para reunirse unos amigos para charlar entorno a una vespa, y donde esta llegando con trecientas y pico vespas, y no se cuantas personas más, no digo que este mal ni bien, solo digo que creo que se tendría que hacer una reflexión quien debiera y que aquel espíritu de amistad no se pierda, si no se ha perdido ya (pero quien pones puertas al campo), por que como se dice, hay eventos  que se ahogan en su propio éxito, esperemos que eso no ocurra con algo que empezó con ilusión de amistad, con charlas al calor de una mesa, en un ir i venir todos juntos y que ahora más parece una multinacional, con grupos por doquier, y el frío de la multitud.

Con esto no quiero que nadie se de por aludido, es simplemente una reflexión en voz alta.

Por que la organización de este año nos dio el cariño, la puntualidad y el bien hacer de Picadilly y Fred Perry  y el éxito de la Oveja Negra Scooter Club es indiscutible en esta Vespaniada que ha sido de diez.

Enhorabuena.

Termino la 7º Vespaniada, ¡¡viva la 8º Vespaniada¡¡

 

En casa sin novedad

 

Manuel M. (MAMU_56)

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